El exceso tecnológico en la evolución: garras, una joroba y un cerebro mas pequeño

La fisionomía del ser humano en cambio debido a la excesiva exposición a la tecnología en el día a día.

Vivimos en un mundo marcado por la digitalización y, aunque nos proporciona muchas ventajas, también tiene consecuencias a largo plazo.

Por esto los seres humanos que habiten en la Tierra dentro de 1.000 años tendrán unas características físicas muy diferentes a las que tienen actualmente y las nuevas tecnologías serán el principal culpable.

Esto lo vemos reflejado en 'Mindy', un modelo de humano creado por un grupo de investigadores procedentes del Med Alert Help y del New York-Presbyterian Orch Spine Hospital. Este experimento recoge todas las transformaciones que sufrirá el ser humano, así como el aspecto que tendrá en el año 3.000.

Características del ser humano dentro de 3.000 años

• Encorvados

• Su cuerpo será menos erguido, ya que los aparatos inteligentes, tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y estamos de pie.

• Cuello más grueso

• Los efectos de la tecnología darán lugar a una nueva condición, llamada 'cuello tecnológico', que el cuello se vuelve más grueso y con más anchura. 

• Más cráneo, menos cerebro

• El ser humano tendrá la cabeza más gruesa, pero su cerebro será más pequeño. Se trata de una fisionomía provocada por la tecnología.

• Nuevos párpados

• Las pantallas pueden causar dolores de cabeza, fatiga visual e incluso ceguera, esto podría llevar a la aparición de un segundo párpado en los ojos que podría limitar la cantidad de luz dañina a la que están expuestos nuestros ojos.

• Garras en lugar de manos

• La 'garra de texto', ocurre después de sostener constantemente el móvil, curvando los dedos alrededor en una posición antinatural durante largos períodos de tiempo”.

• Codo de 90º

• 'Mindy' cuenta con otra modificación en consecuencia de la utilización frecuente del teléfono móvil, el codo con ángulo de 90º, también conocido como 'codo de teléfono inteligente', debido a la posición típica del brazo al sostener teléfonos inteligentes.