"En política entré por casualidad".

"Soy un vecino más de Matapozuelos".

Esta fue la entrevista que realizamos al Señor Conrado Íscar, presidente de la Diputación:
¿Cómo te metiste en la política?
Fue por casualidad. Un grupo de personas no estaban contentas con cómo se
hacían las cosas en el pueblo y creía que se podían hacer de manera diferente
para mejorar la calidad de vida de los vecinos de Matapozuelos. Yo colaboraba
con ese grupo de personas y, al final, me pidieron que encabezara esa lista,
que ganó las elecciones a la alcaldía. Así empezó todo, hace casi 16 años.
¿En cuál de tus anteriores trabajos disfrutaste más?
En todos ellos, la verdad, porque siempre me he entregado y me entrego
totalmente al trabajo que me toca desempeñar en cada momento. Es algo que
aprendí de mis padres. Pero, posiblemente, el ser responsable de la empresa
familiar, por lo que supone, ha sido donde más problemas he tenido y, también,
donde las satisfacciones son mayores.
¿Es agobiante llevar dos cargos políticos a la vez?
Dos no, como mínimo tres. Porque además de alcalde de Matapozuelos y
presidente de la Diputación de Valladolid soy presidente del Partido Popular de
Valladolid. Todo ello sin olvidar que soy miembro de la Comisión Ejecutiva de la
Federación Regional de Municipios y Provincias y que presido una comisión de
trabajo en la Federación Española de Municipios. Sí es agobiante, pero es
cuestión de echar más horas de trabajo y de contar con equipos que te ayuden
a poder compaginar todas las responsabilidades.
¿En qué se relaciona tu carrera con tu trabajo actual?
En nada, salvo en que siempre, en todos los puestos en los que he estado, el
objetivo de mi trabajo era satisfacer las necesidades de las personas. Ahora,
sin duda, con mucha más responsabilidad.
¿Su paso por la política le ha merecido la pena o le ha traído más
disgustos que alegrías?
Dedicarse a la acción política es una cuestión de vocación y responsabilidad.
Por eso siempre merece la pena. Se trata de aportar lo mejor de ti para hacer
mejor la vida de las personas, para ayudar a que la sociedad evolucione y
mejore. ¿Hay disgustos? Siempre, porque nunca logras alcanzar todos tus
objetivos. ¿Hay alegrías? También siempre, porque cuando consigues sacar
adelante un proyecto que beneficia a una mayoría siempre es un motivo de
satisfacción. Pero nunca es una satisfacción completa, porque siempre quedan
cosas por hacer.
¿Qué le llevó a presentarse a la alcaldía del pueblo?
Como decía antes, las ganas de cambiar cosas en la vida de nuestro pueblo y
la petición de la mayoría de las personas que estábamos en aquel proyecto. Yo
nunca pensé en ser alcalde. Pero las circunstancias me llevaron a dar ese paso
y no me arrepiento de ello.

¿Se sigue sintiendo vecino del pueblo o al tener un cargo político ha
cambiado la relación con los vecinos?
Claro que me sigo sintiendo vecino del pueblo. De hecho, sigo viviendo en
Matapozuelos, aunque es verdad que, por cuestiones de trabajo, algunos días
debo permanecer en Valladolid. Pero llevo 47 años viviendo en Matapozuelos y
voy a seguir siendo un vecino más. Sigo paseando por las calles, hablando con
los vecinos… Aparte de que mi casa y mi teléfono están siempre abiertos a
todos los vecinos.
¿En algún momento ha tenido ganas de renunciar?
De renunciar, nunca. Claro que hay días más duros, más complicados, donde
parece que todo se complica. Pero nunca he sido de rendirme. El sentido de la
responsabilidad me lleva a tirar siempre para adelante.
¿En qué consiste tu cargo?
El trabajo de un alcalde, o de un presidente de Diputación, consiste en fijar las
prioridades de en qué cosas es preciso trabajar, establecer los equipos que
deben desarrollar ese trabajo y controlar que todo se está desarrollando como
habías previsto. Pero, para todo eso, hay un trabajo previo muy importante que
es escuchar. Porque solo escuchando podemos saber cuáles son las
necesidades reales de la gente de la calle. Solo escuchando sabremos si
tienen problemas para pagar la luz, para poner la calefacción, para llegar a fin
de mes. Solo escuchando sabremos por qué es difícil encontrar trabajo, o por
qué a los empresarios les cuesta encontrar trabajadores. Y solo sabiendo
cuales son los problemas reales de las personas podremos intentar buscar
soluciones que sean eficaces.
¿Es difícil compaginar la vida familiar con su trabajo?
Es lo más difícil. La familia es siempre la gran perjudicada cuando uno de sus
miembros decide dar el paso de dedicarse a la política. Porque las jornadas de
trabajo son interminables, porque prácticamente no existen vacaciones ni fines
de semana… Sin el apoyo total de la familia, en este caso de mi mujer y mis
dos hijas, yo no podría dedicarme a la política.
¿Tiene algún referente dentro de la política que le inspiró a seguir sus
pasos?
Siempre hay referentes. Para mí, el primero fue Ramiro Ruiz Medrano, que fue
presidente de la Diputación durante 16 años. Él era el presidente cuando yo
llegué a la alcaldía de Matapozuelos. Y luego ha habido otros muchos… sin
duda Jesús Julio Carnero, que fue quien me fichó para el Partido Popular y me
llevó a la Diputación dentro de su equipo de trabajo. Pero el primero fue
Ramiro. Él fue alcalde de su pueblo, presidente de la Diputación de Valladolid,
Delegado del Gobierno… incluso presidente de las Cortes de manera fugaz y
en un momento complicado. Y siempre ha demostrado una voluntad de
entendimiento y de consenso que creo que son la mejor manera de hacer
política.