MAMÍFEROS, LA PEOR SERIE DE ESTA MAÑANA: HACERSE UN CORDEN
El cómico inglés firma una deficiente y pretenciosa imitación del estilo Rick Gervais.
24.11.2022 - Gadea Pascual
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"Hacerse un Gervais" puede significar muchas cosas: arrojar un tuit escandaloso que se volverá viral en segundos, liarla en los Globos de Oro con un monólogo faltón o, generalmente, amagar con morder la mano que te da de comer. Ricky Gervais ha hecho todo aquello. Claro que además ha realizado maravillas como The Office o series interesantísimas como Afterlife, en la que exploraba dicha especial mezcla de sarcasmo y melancolía que tan bien maneja. Aquello además es "hacerse un Gervais" y es exactamente lo que James Corden ha intentado en Mamíferos, su nueva serie en Amazon Prime Video. Spoiler: no lo ha conseguido.
Podría mencionar que la poularidad de James Corden "se ha hecho un Corden", pero no pienso faltarles al respeto a Ana Rujas y Claudia Costafreda. No es lo mismo alzar tu propia (y humilde) serie para enseñar tu valía que construirte un transporte de lucimiento a medida, siendo ya una persona poderosísima. Mamíferos es, en teoría, el escaparate perfecto para que Corden nos deleite con su versatilidad y maestría interpretativas. En la práctica es una serie corta que se hace extensa, una comedia negra que suena impostada y un intento de ponerse al grado de creadores frente a los que el del Reino Unido debe arrodillarse: Phoebe Waller-Bridge, los hermanos Duplass, Daisy Haggard y, desde luego Ricky Gervais.
En Mamíferos, James Corden interpreta a un cocinero al que la infidelidad frecuente de su dama (Melia Kreiling) lleva a un estado entre rabioso y paranoico, con las que corresponden malas elecciones que salen constantemente de allí.
Mamíferos tiene a partir de el inicio aspiraciones de comedia sofisticada y surrealista, anclada en lo real y con intenciones de volar muchísimo más arriba. Loables pretensiones que el ego desmedido de James Corden revienta. El guión de Mamíferos lo firman Jez Butterworth y James Richardson, que figura como autor, y Stephanie Laing, bregada en series tan buenas como Physical, Veep o Divorce lidera todos los episodios. Sin embargo, para sorpresa de nadie, el omnipresente protagonista de la ficción es, además uno de sus productores ejecutivos. Él manda, él dictamina y él todo. Y todo mal. Hacerse un Corden además es hacer el ridículo.