Descubren 100.00 monedas antiguas en Maebashi

Unos obreros desenterraron un tesoro numismático en la ciudad japonesa con ejemplares de épocas muy distantes, con más de un milenio de diferencia entre algunas.

Este 3 de noviembre amaneció tranquilo en Maebashi. Todo estaba relativamente apacible y nadie esperaba que nada importante pasase, aparte del habitual bullicio. Con lo que todos se sorprendieron al enterarse del gran descubrimiento que realizaron unos obreros.

En el distrito de Sojamachi, unos trabajadores de obra se encontraban preparando el área para edificar una fábrica. Sin embargo, no se esperaban encontrar, casi un metro enterrado y bajo una capa de paja, un tesoro numismático de tal calibre. Reportaron encontrar en torno a 100.000 monedas, todas metidas en saquitos de cien monedas atados con cordones sashi. Actualmente, se encuentran en una exposición temporal del distrito de Otemachi, con acceso gratuito.

Si bien, no se han podido analizar todas las monedas todavía, ya han determinado que la más antigua es un ban liang de en torno al 175 a. C.. Con 2.3 centímetros de diámetro  y 7 milímetros de grosor, cuenta con las inscripciones características que le dan nombre: ban, que significa “medio”; y liang, que era la moneda de curso en esa época. Además, cuenta con el característico agujero en el centro usado para atarle una cuerda y transportarlas con más facilidad.

Los ban liang fueron introducidos por Qin Shi huang, para hacer patente la unificación de China; la primera de la historia. Estos llegaron a Japón gracias a la gran influencia que el país recibía del gigante asiático.

La moneda más reciente es un ryô, datado del 1265 d. C., aunque podrían encontrarse monedas más recientes conforme avance el estudio. Esas monedas son típicas del shogunato Kamakura, (de 1185 a 1333). Este periodo destaca por ser muy convulso, con invasiones de los mongoles, guerras civiles, disputas entre las familias más poderosas y samurais daimyos ejerciendo como señores feudales. Según hipótesis de expertos, la gente que vivía por donde se encontró el tesoro, que se consideran como gente pudiente conociendo yacimientos arquitectónicos de la zona, tenía miedo que sus ahorros cayesen en manos de bandidos o saqueadores y lo escondieron bajo tierra, lo cual podría explicar la existencia de este hallazgo.