El cobalto: el mineral que se cobra miles de muertes al año

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La estracción del cobalto, es vital ya que es un mineral usado mucho actualmente en la producción tecnológica. Sin embargo, su extracción lleva a grandes consecuencias consigo.

En el mundo en el que vivimos hoy, es difícil ignorar a la tecnología. Te levantas y te despierta el despertador de tu móvil, vas a trabajar en un coche que puede que sea eléctrico o híbrido y trabajas en tu ordenador. Puede que algunos sean incluso más modernos y tengan un reloj inteligente que les cuente  los pasos. Una cosa en la que podemos coincidir es que todos esos productos tienen baterías recargables y, si eres un poco ilustrado en el tema, sabrás que esas baterías están hechas principalmente de cobalto. Lo que mucha gente no sabe es lo peligrosa y sacrificada que es la extracción de este mineral.

Ya sabiendo la gran cantidad de productos en los que se utiliza este mineral, habrás deducido lo codiciado que es, pero ¿de dónde lo sacan? Pues hay unas cuantas minas en Estados Unidos, otras en Filipinas, unas cuantas en Rusia, pero en torno al 70% de ellas le pertenecen a la República Democrática del Congo (RDC). Por tanto, los otros países dependen de este país para la obtención de este mineral. 

Pese a lo bueno que pueda parecer esto, podría considerarse más una maldición que una bendición, pues históricamente, el país ha sufrido mucho por esos recursos. La primera vez que esto pasó fue con la colonización belga, pues el rey Leopoldo II se quedó con esta región durante el reparto de África y lo convirtió en su posesión personal, cometiendo uno de los mayores genocidios de la historia en su camino por conseguir sus recursos. Pero la más sonada ocasión fue por lejos la Guerra del Congo (también conocida como Guerra Mundial Africana o Segundo genocidio congoleño), en la cual luchaban más de 20 grupos armados por el control de los recursos naturales del estado. Incluso a día de hoy sigue habiendo conflictos por los recursos: la insurrección independentista en Katanga (la región donde más abundan) y asaltos de compañías chinas a las minas para conseguir sus recursos.

Por si las guerras y los asaltos no fuesen suficientes, las condiciones de trabajo tampoco son esperanzadoras. En algunas minas, los trabajadores se ven obligados a bajar por estrechos túneles subterráneos que no tienen ningún tipo de seguridad, con lo que se podría derrumbar en cualquier momento. En teoría, la compañía encargada de dirigir las excavaciones es la encargada de entregar a sus empleados de darle el material de protección a los mineros, pero esto rara vez ocurre, con lo que están expuestos a gases tóxicos y a enfermedades que puedan contraer al manipular el cobalto con sus manos desnudas.

Si se preguntan por qué se arriesgan a tanto, es debido a la necesidad de un empleo para mantener a sus familias, pese a que apenas reciban un máximo de 200 dólares a cambio de 12 horas de trabajo cada día. Hay veces que la gente está tan desesperada que toda la familia trabaja en la mina, incluidos los niños. Es más, hay casos documentados en los que niños de 3 años estuvieron trabajando en la extracción de cobalto.

Obviamente, no todo el mundo se quedaría callado ante esta situación. En 2019, 14 familias congoleñas intentaron demandar a gigantes en la industria tecnológica como Google o Apple por los niños fallecidos, puesto que estas empresas en teoría le compran cobalto a los propietarios de las minas. Pese a lo heroico que pueda parecer este caso, no llegó muy lejos; ya que la justicia estadounidense cerró el caso en el 2021.

Pero, si no le compran a las minas artesanales, como algunos las llaman, ¿a quien le compra? Bueno, muchas compañías dicen comprarle a grandes compañías mineras que también trabajan en el Congo y que ofrecen más garantías de seguridad. Sin embargo, es difícil determinar qué compañías mienten para no perder clientes y cuales dicen la verdad. 

No obstante, recientemente volvió un poco de esperanza para los congoleños; pues la compañía RCS global, compañía encargada de la del aseguramiento y el asesoramiento en la minería lanzó un proyecto para ese país en el que controladores independientes podían comprobar si se estaban o no siguiendo las normas de seguridad. Según han declarado, el proyecto “no consiste en que compañías aprueban y cuáles no, sino de saber si la situación está cambiando o no”.