La Estrella perdida.

Cuento de Navidad.
03.12.2024 - Equipo de redacción.
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Era la víspera de Navidad y en el pequeño pueblo de San Luis, todo estaba cubierto por un manto de nieve. Las casas brillaban con luces de colores, y el aire estaba lleno del aroma de galletas recién horneadas. Sin embargo, este año, algo faltaba. La estrella dorada que siempre adornaba la cima del árbol de Navidad en la plaza central había desaparecido.
La pequeña Alejandra, con sus ojos llenos de curiosidad y un corazón lleno de esperanza, decidió investigar. Mientras caminaba por el pueblo, vio a varios vecinos preocupados buscando en todos lados. "¿Qué ha pasado con la estrella?", preguntó Alejandra a su abuela, quien estaba junto al árbol mirando el cielo.
"Es una tradición muy especial", explicó la abuela. "La estrella representa la luz y el amor de la Navidad. Sin ella, la fiesta no será lo mismo."
Alejandra pensó durante unos momentos, y de repente tuvo una idea. Corrió hacia el taller de su amigo, Saúl, un joven artesano. Le pidió que le ayudara a crear una nueva estrella. Juntos, con trozos de madera, papel dorado y una pizca de magia, crearon una estrella brillante.
Esa noche, al caer la nieve, Alejandra y Saúl subieron al árbol en la plaza y colocaron la nueva estrella. Cuando la luz de las velas se reflejó en ella, una cálida luz dorada iluminó todo el pueblo. Los aldeanos, al verla, sonrieron, y pronto todos se reunieron para celebrar.
Alejandra entendió que, aunque las cosas a veces pueden perderse, el espíritu de la Navidad siempre puede ser encontrado en el corazón de quienes se unen para compartirlo.
Desde aquel día, el pueblo nunca dejó de celebrar la Navidad con una estrella, recordando que lo más importante no era el objeto, sino el amor y la esperanza que representaba.