Encierro campero de Villagarcía de Campos.

El pasado 5 de octubre el encierro campero de Villagarcía de campos se llevó acabo perfectamente en las fiestas del pueblo.

Este encierro comenzó con un largo retraso de tres cuartos de ahora, este retraso se debió a que la plaza que se forma con los coches para guiar al toro hacia el destino deseado no estaba acabada. Ya terminada y con nuestro coche estacionado haciendo barrera, de manera tradicional el cohete que marca el inicio estalló y pocos segundos después las puertas del camión donde se transportaba al toro se abrieron. Salió un novillo de capa colorada con poca cara y cornicorto. Después de que los caballos le hiciesen unos recortes el animal se desplazó hacia la zona abierta de la plaza creada con los coches. Pasaron unos instantes y otro toro salió del vehículo. Rápidamente cogimos nuestro coche y nos movimos para seguir al primero.

Al haber decenas de coches siguiendo al animal mucho polvo se levantaba de la tierra y cada vez era más difícil ver algo pero si que se veía al toro. Los caballos sin tocar al novillo le llamaban para recortarle como un rejoneador. Cuando todos los caballos habían tenido su momento con el toro y parecía que la acción se acababa, nunca mejor dicho, un espontáneo salió de uno de los coches con una muleta. Se acercó al novillo e intentó dar unos pases pero le fue imposible debido al viento. Una hora después de que la primera puerta se abriera el camión que tenía inscrito ganado bravo vino a recoger al novillo con el que estábamos para llevarse le.

Una vez ocurrido esto fuimos a la búsqueda del otro toro por un camino entre tierra y tierra y vimos un coche varado en la cuneta entre el camino y la tierra, como no teníamos prisa nos quedamos a ver como le remolcaron. Más tarde vimos a lo lejos una caravana de alrededor de 100 coches motos y ATVs, sabíamos dónde encontrarle, al llegar parecía que los coches del encierro habían creado un corral con los mismos. Para que os hagáis una idea estaríamos en la décima fila de coches alrededor del toro, como parecía que no se podía escapar, salimos del coche y nos subimos encima de él para ver mejor.

Así estuvimos un rato tranquilos hasta que de repente la gente se empezó a subir en los coches apresuradamente, el adulto que iba con nosotros nos mandó meternos en el coche porque vio que el toro se había escapado. Todos sanos y salvos nos fuimos hacia “el marrandiel” un paso donde los coches y motos más valientes intentan cruzar sin tener que ser remolcado. Esto forma parte de la tradición de este pueblo. Desgraciadamente este año no tuvimos la oportunidad de ver el espectáculo porque nadie fue hacia allí. A punto de terminar volvimos hacia el segundo toro porque el camión iba a recogerle así que lo vimos y media hora más tarde volvimos al pueblo. Por suerte este año no ha habido heridos ni por caídas ni por encontronazos con el toro.